No
es fácil comparar la eficiencia y sostenibilidad de los distintos materiales de
aislamiento.
Puede que un material nos ayude a ahorrar mucha energía pero ¿cuánta es necesaria para su fabricación y transporte? Hay muchos factores a tener en cuenta y sólo podemos hacer comparaciones directas entre dos piezas idénticas, con las mismas dimensiones (por ejemplo 1 m²), instaladas de la misma forma, con el mismo uso, y siendo la única diferencia el material del que está fabricado.
Puede que un material nos ayude a ahorrar mucha energía pero ¿cuánta es necesaria para su fabricación y transporte? Hay muchos factores a tener en cuenta y sólo podemos hacer comparaciones directas entre dos piezas idénticas, con las mismas dimensiones (por ejemplo 1 m²), instaladas de la misma forma, con el mismo uso, y siendo la única diferencia el material del que está fabricado.
· El peso de cada metro
cuadrado es un buen indicador de su facilidad para el transporte y colocación.
El material más ligero resultará menos contaminante y más fácil de montar.
· El menor valor de conductividad nos
permitirá comprobar qué material aísla mejor.
· El ahorro de energía que
supone su aplicación nos indica la reducción de demanda para la calefacción y
el acondicionamiento ambiental a lo largo de su vida (unos 50 años).
· El coste de energía indica
la energía primaria total que se consume en esos 50 años a causa del material.
· Se calcula un balance entre la
energía ahorrada y la consumida por cada material para poder comparar
en base a los mismos criterios.
· La columna “Residuos” indica la
cantidad de residuos generada por cada metro cuadrado de material. Lo deseable
es que la generación de residuos tienda a cero.
· La emisión de CO2 indica
en kg lo que contamina la elaboración de cada metro cuadrado de producto,
contribuyendo negativamente al cambio climático.
· Finalmente el precio es
un indicador indiscutible de sostenibilidad económica. No siempre es posible
adquirir el material más aislante ya que, en muchas ocasiones, resulta ser el
más caro.
Los
materiales se han ordenado de mayor a menor balance energético. El
material con mayor balance es el que más energía ahorra en proporción con la
energía consumida a lo largo de su vida: elaboración, transporte, puesta en
obra, demolición,…
Los
datos que se han podido recopilar están extraídos de bases de datos del Instituto de Tecnología de la Construcción
de Cataluña (ITeC) y de la base
de datos francesa de referencia sobre las características medioambientales y
sanitarias de los productos de construcción (Iníes) basada en el
estándar francés NF P01-010.
Conclusiones:
A
la vista de los datos, obtenidos a través de los diferentes fabricantes que han
cedido su información a las bases de datos, destaca
la lana de vidrio por ser el material con mejor balance energético: ahorra
150 veces la energía consumida durante su ciclo de vida. Como vimos en informes anteriores,
genera además muy pocos residuos (éstos se incorporan nuevamente a la
producción) y se fabrican a base de arena y vidrio reciclado (hasta un 80%).
Garantiza el bienestar por su alta resistencia térmica y además resulta ser
bastante económico.
Le
sigue muy de cerca el aglomerado de corcho que,
como sabemos, se extrae directamente de la naturaleza, es un material rápidamente renovable y
resulta mucho menos contaminante en su fabricación. El problema está en
que el grado de aislamiento térmico que proporciona no es demasiado
elevado en comparación con el resto de productos.
A
pesar de que en este balance (genérico y con datos procedentes de diversas
fuentes) salgan ganando ciertos materiales, no podemos decir que exista
el producto ideal. Para tener una respuesta objetiva tendremos que recurrir
al Análisis de Ciclo de Vida (LCA)
de cada caso concreto. Un producto puede ser bueno para ciertos criterios de
impacto ambiental y no serlo para otros. Sólo los datos cuantificados,
discutidos y demostrados en cada edificio pueden proporcionar una comparación
fiable.
Como
podéis observar, falta información de algunos materiales naturales que no se
contemplan en estas bases de datos. De momento hemos obtenido un ranking
bastante interesante, pero acabamos de conocer nuevas herramientas de cálculo y
una gran cantidad de información práctica para los
Análisis de Ciclo de Vida. Todo esto nos ha animado a seguir
con nuestra pequeña investigación para conseguir resultados más
precisos.
Fuente: http://www.mimbrea.com
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